Una de las mayores preocupaciones de las mujeres es su figura. Sean delgadas o tengan unos kilos de más, siempre sentirán que pueden verse mejor y harán lo posible por lograrlo. Esta inquietud persiste de modo especial durante el embarazo y después del mismo, y dado que puede llegar a ser mucho el peso que se gane, es frecuente que duden sobre la compatibilidad entre el tratamiento corporal estético y la lactancia.
Al respecto, es preciso aclarar que siempre que no sean invasivos, los tratamientos corporales no interfieren con la lactancia materna. Por supuesto, es recomendable evitar que los tratamientos se apliquen directamente sobre los senos. Ello implica que la clienta comunique previamente al centro estético su estado para que estos tengan las debidas precauciones.
Por otra parte, es fundamental comprender la finalidad de los tratamientos corporales, puesto que, de lo contrario, estos podrían resultar insuficientes para satisfacer las expectativas. En este sentido, dichas técnicas no pueden impedir el llamado efecto rebote. De igual forma, tampoco son recomendados en casos de obesidad excesiva.
Ahora bien, lo que sí ofrecen dichos tratamientos es la posibilidad de recuperar la elasticidad y tonicidad de la piel, la atenuación de las estrías, retirar la grasa acumulada en áreas específicas y activar la circulación. Los beneficios podrán ser mayores dependiendo de las características de la persona, así como del estilo de vida que lleve.
Bajar de peso no es el único objetivo
Un error común en la mujer es enfocarse únicamente en perder los kilos ganados con el embarazo. Ciertamente, adelgazar es importante, pero este no es el único aspecto que debe llamar su atención. Recuperar su figura implica además devolverle a la piel la elasticidad, tonicidad y apariencia que tenía previamente, y ello requiere la aplicación de medidas adicionales.
La buena noticia es que muchos de los tratamientos corporales son bastantes completos, y en la mayoría de los casos una sola alternativa es capaz de corregir las distintas deficiencias que la piel experimente en la etapa postparto.
En cuanto al momento propicio para practicar los tratamientos, lo recomendable es esperar ocho semanas si el parto ha sido natural y tres meses en caso de haber dado a luz mediante cesárea. Esta información debe ser consultada en el centro estético, ya que no todos los procedimientos funcionan de la misma forma y, por tanto, su factibilidad será variable.
La maternidad es una experiencia maravillosa para la mujer. No obstante, ello no debe ser motivo de estrías, celulitis ni de otros problemas que conduzcan a la inconformidad con el cuerpo. Ser madres y mantenerse hermosas es posible, basta con llevar un estilo de vida saludable y optar por procedimientos no invasivos. Gracias a ellos, en pocas semanas se podrá recuperar la figura y verse radiante de nuevo.